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“Dios me lo había dicho”
Sylvia ALVARADO / Al Día
Puntarenas. Abelino Poveda Acevedo, hermano de Juan Francisco, el cuarto náufrago rescatado el sábado, aseguró ayer que este milagro es solo obra del gran poder de Dios.
Ambos hermanos son oriundos de Chinandega, Nicaragua. Francisco viajó a Costa Rica hace como un año y cuando no estaba pescando en alta mar, pasaba algunos días en casa de su hermano en Puntarenas o viajaba a su pueblo natal.
Ayer Abelino indicó que, su madre, quien vive en una zona muy alejada de Posoltega, aún desconoce lo sucedido a su hijo y no será hasta hoy que ambos estén juntos que la llamarán para contarle del susto y el milagro.
Abelino, quien asegura es cristiano, confesó ayer que hace como 20 días, Dios le reveló, a través de una hermana de la Iglesia, que un barco estaba pasando dificultades en alta mar.
“Por medio de ella, el Señor nos pidió que oráramos por una embarcación
pero hasta dos días después, ella me indicó que ahí veía a mi hermano”.
“Tuve sufrimiento en estos días pero Dios fortaleció mi fe y me dijo que él iba a salir con vida y me cumplió. Lo que Dios hace ni el hombre ni la plata lo hacen. Mi hermano estaba bajo su mano, que es la misma que me cuida a mi”, dijo.
Ambos hermanos han salido dos veces de pesca juntos, a bordo del “Hércules II”. La última vez tuvieron un percance con fuego a bordo y eso hizo que Abelino, hace dos meses, se retirara de la pesca. “El Señor me sacó de ahí. Él da órdenes y he aprendido a obedecer su voz. Francisco se desvió un poco de su camino, pero luego de que pasó esa travesía sé que llegará a de nuevo a sus pies”.
“Hoy (ayer) cuando me llamó desde el hospital fue una gran alegría. Me dijo que le había pedido muchísimo al Señor y le dije: "Pues claro, si tenés la semillita del evangelio por dentro”.
“¿Qué como me explico que haya sobrevivido?. Lea el Salmo 107: 25-30. Ahí se explica”, me dice. Este es el Salmo: “Los que descienden al mar en naves y hacen negocio en las muchas aguas han visto las obras del Señor y sus maravillas en las profundidades porque habló e hizo levantar un viento tempestuoso que encrespa sus ondas, suben a los cielos y descienden a los abismos.
Sus almas se derriten con el mal, tiemblan y titubean como ebrios y toda su ciencia es inútil; entonces claman a Dios en su angustia y los libra de sus aflicciones. Él cambia la tempestad en sosiego y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran porque se apaciguaron y así los guía al puerto que deseaban”.
Búsqueda continúa
El director del Servicio Nacional de Guardacostas, Carlos Alvarado, informó ayer que la búsqueda sigue y en dos días más se valorará si se continúa.
Estados Unidos se mantiene alerta con la fragata, pero ni el avión ni el helicóptero estarán participando de lleno. Alvarado aclaró que “nosotros haremos hasta el último esfuerzo.
La responsabilidad de la búsqueda corresponde a las autoridades costarri-censes, pero los estadounidenses me han asegurado que ante el menor indicio que tengamos, en cinco minutos se reintegran a la búsqueda”.
Ayer la patrullera “Santamaría”, que trasladó a Golfito al náufrago Juan Francisco Poveda Acevedo, rescatado el sábado, no pudo unirse a la búsqueda, pues presentó un desperfecto hidraúlico en el motor derecho. Sin embargo, se espera que, una vez reparada, hoy regrese a la zona, en alta mar y se una a la “Pancha Carrasco”.
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